Puede que nada de lo que te escriba
sea más real que un beso tuyo en mis labios,
pero al no poder ser, mi amor
viaja por estas líneas buscando olores, imágenes, momentos, sensaciones y
sinceridad.
Por eso mi intención más
profunda no es construir poemas si no caminos para llegar a ti,
de la única forma más pura que
conozco, mostrándote mi corazón sin mesura ni reservas.
Pero si después, después de
todo, aún no surgiera nada en ti hacía mí, entonces asumiré la huida que hoy
por hoy mantengo en posponer.
Me ha llevado años, soledades
y muchas noches arraigar la raíz de mis versos y cubrirlos de la suficiente fe
para no desmoronar, aún así, dejaré el diario en blanco y con la esperanza que
algún día alguien lo llene de tinta. Ese alguien no seré yo, no tendrá mi
rostro ni mi voz, tampoco mi pelo ni mi mirada pero seremos idénticos en algo,
en una sola cosa, que una vez nos perdimos por amor. Por tu amor.
Después de los días y los
silencios he aprendido que el amor es tan libre y poderoso que siempre ha
estado por encima de todo, fuera de las distancias y el tiempo, volando por
encima tanto de aquellos que odian como de lo que aman.
Comprendo ahora, que la
vida misma es la mayor representación de amor. Por eso no me culpes que te
haya amado, entiende que siempre ha sido inevitable para mí.
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