Voy detrás de un verso en forma de escudo humano
y te escribo callado que mi piel grita, que sin ti muero.
Invento prosas tallándolas en las paredes de mis
confesiones,
y al llegar las noches me convenzo que nunca será tarde,
envuelto en tu recuerdo bajo un cielo que ya me vio
llorar.
Voy detrás de un espejismo que soñó con ser real,
y te escribo sobre los minuteros del reloj de mi vida,
para enmarcar el segundo en el que me enteré,
que me había enamorado de ti.
Voy detrás de los días paseando en playas desnudas,
bajo lluvias de arcoíris que dibujan tu mirada sobre mis
pies,
e intento retener el paso de las nubes,
viajar sobre la brisa de tus suspiros,
y deslizarme por tu sonrisa para quedarme a tu lado,
poder romper la
pesadilla de “yo no podré”,
y ensanchar los caminos para quedarme a vivir
en la primavera de tus besos.
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