Del tiempo

 

Hubiera sido bonito
haberme quedado,
deshelar el tiempo
y hacer de la almohada
un lugar para soñar
 
Hubiera sido bonito
rehacer mi sonrisa
a la altura de tus ojos,
y ser a ratos alma,
sangre caliente
para bañarnos juntos,
recorrer el minutero
y decirle al pasado
que aquí ya todo es real.
 
Hubiera sido bonito
haberme creído
que la vida a veces
es bonita.
 
 

Señorita

 

Y luego vendrán los besos
la cena trasnochada
el caminito para tropezar
las macetas en relente,
pero no sabrán de donde vine.
 
Y luego vendrán los silencios
el pañito en lágrima
la mirada perdida
el reloj para saborear la herida,
y con la herida andaré
sobre zapatitos nuevos sin saber
a donde ir.
Pero la alegría me la inventaré
para recordar y tenerte.
 
Y luego vendrá el olvido.
Tu olvido.

Sigue.

 

Sueña y no dejes de hacerlo.
Algún día será la diferencia.

Velas

 

Velas para un perdón que nunca llegó.
Costumbrismo de pobre en el sofá de escay,
mirando al vacío de la encimera
donde antes se pronunciaban los besos.
Y ahora recorrer las cuatro esquinitas
sin manta ni rezos.
Media naranja trasnochada al merendar
y de postre luces de león
en el cristal donde veía pasar la felicidad.
Fue el altibajo de un poeta sin rima
anclado en el sueño cateto de ser algo más,
de crecer en escaparates ajenos
creyendo que algún día el mordisco sería mío.
 
Velas para afinar una despedida que nunca llegó.
Enterré la idea, el color y el afán de ser fan.
Bajé a las aceras para limpiar mis miedos
y toqué el espejismo con las nubes
haciendo de mis manos un salva…mantel
para las cenas en soledad.
Crecí con la libertad endeudada
en pasatiempos de escritorio
malcomiendo horas de sueño sin final,
y disipando en mis ojos
el dibujo que nunca llegué a pintar.
 
Velas para seguir creyendo que esta locura
es más que una quimera.
 

El penúltimo verso.

Ojalá haberte querido un poquito más.
Ojalá no haberte amado así.
Ojalá no tener el cielo entre mis pies.
Ojalá que te quieran mejor.
Ojalá no haber querido.
Ojalá la memoria no nos castigue.
Ojalá la ventana vuelva a mostrarnos. 

Fin

 

 

Quítame la pena

 

 

Él no sabía del tiempo,
ella no sabía del porqué de la gente.
 
Él le escribía
ella le juraba,
y pintaban a escondidas la vida de otros.
 
Él reservaba su mejor voz para ella,
ella se dejaba llevar.
 
Él soñaba y teñía de naranja los recuerdos,
ella guardaba sus besos.
 
Él la buscaba puntualmente,
ella siempre con una sonrisa le miraba.
 
Él la miraba y no había más mundo,
ella grabó su mundo entre sus manos.
 
Ella quiso entender de sus ojos
él entendió de su tiempo.