No hay prisa.


Vivir lleva tiempo
y tiempo lleva vida.
Asique vive pensando
que te falta vida
pero te sobra tiempo.

Vivirás mejor.


La vela


Lo que ella sabía
y supo callar.
Lo que yo sabía
y supe callar.
¿Dónde está el amor?

Y por eso te escribo.


“Tengo mucho que contar,
Poco que decir” 

Soy eso, un miedo…
miedo arrogante,
un trasnochado de barra fija.

Soy eso, un especulador de lengua fácil,
y señor que invita al escondite
a quien no conoce ni sabe querer.

Soy un miedito que le tengo pánico a saltar,
un trapecio horroroso a vivir,
un esguince fuera de lugar.
Y por eso te escribo, es mi forma,
mi herencia, mi trastorno, mi señal.

Soy eso, un poeta ensimismado,
una grieta que se come el rabo
y para soñar soy el premier.
De ideas vivo, de hacer…no viene a cuento.

Soy eso, un ritmo escalonado arrítmico
en asonante y discordante,
un analfabeto de minúsculas apasionado
por la luna que me vio salir
donde no tuve que vivir.

Pero es que no es sencillo querer,
y yo quiero más y siempre es nada que ver.

Soy eso, uno que escribe y no vive:
cemento mis entrañas y callo.
El silencio será mi futuro.


Abril desnudo


Fue abril el paseo desnudo
de un balcón mudo
que llenó mis manos de mundo.
Y fue así como amasó el poeta
la forma de seguir doblando
la tierra con el cielo.

Fue que la nada aprendió de mí
y en su silencio escuchó mi sintonía.
Allá quedan las grietas con el sentir,
el frenesí desquiciando los bajos del colchón
y los cipreses jugando sobre la hoguera.

Fue cuando llegó la lluvia
llameando en mi ventana,
y al gritar mi garganta desolada
en aquella recta enviciada,
aprendí que tengo mucho que contar
y poco que decir.



                                                                                 

Diría que la conozco


Diría que la conocí
aunque no lo suficiente,
sus manos
nunca se perdieron en mis ojos.
Pero presiento
que sueña con las estrellas,
e imagino que imagina
que la vida es una sonrisa,
y llena con sus ojos de gata
la brutalidad de los días,
con risas y una pizca de locura.
Diría que la conocí
y eso me sienta bien.

Sin manual


Fueron las formas
o lo que escribimos.
Puede que soñar
no fuera buena idea
pero ahí estábamos
como dos inocentes,
creciendo en las ventanas
con vistas al mar.

Y supe poner patas arriba el mundo
cuando ya no llegaron tus labios.
Y tu supiste morder en las esquinas
para buscar mis manos perdidas
cuando ya ni recordaba porque seguía.

Fueron las formas
o tal vez las ganas de querer.
Puede que desnudos fuéramos uno
y entre tanto aprendimos
a no hacer caso,
pero ahí estábamos
como dos inmortales
vacilando por locura
los minutos malditos
de un domingo cualquiera.

Y supe desterrar el dolor
por ver un nuevo te quiero tuyo.
Y tu supiste olvidar el fraude
para creer en mi piel.



Aprender


Me hubiera gustado
gustarte para siempre.
Ser el último de la fila,
convertirme en la calada
que calara tu almohada.
Ser el café y compartir contigo
el grito del espejo de las mañanas.
Me hubiera gustado ser tu locura,
adueñarme de tus pies,
ser maestro de tus labios
y el alumno rezagado
sobreviviendo los domingos a tu lado.

A veces


Me lo dijo el silencio:
las señales están ahí,
quien quiere busca
quien busca encuentra.

Tu andabas perdida
yo en mi laberinto,
y que malo es no saber.

Ya me lo dijo el viento:
la duda carcome la piel
y el tiempo no sabe de penas.

Me lo dijo tu voz…
pero yo no quise esperar,
me venían ahogando las mareas
y yo solo esperaba una noche con sol.

Ya me lo dijo la lluvia:
los domingos no son para enamorarse.
Quien mal anda nunca termina,
pero yo no sé estarme quieto.
Tu tampoco

Y a veces dibujo sin pensar
como si el vacío no contara,
porque imagino que nada me toca.
Y a veces sueño que te dibujo.


Un segundo


Joder…
solo fue un segundo
y ni si quiera
el mejor beso del mundo pudo con tanto.
Todavía el peso que siento
no tiene escusa,
porque me haces respirar sin miedo
y ahora vivo como un loco,
que por fin encontró su camino.
Joder…
Solo fue un segundo.

Fragmento de “Gracias por escucharme”( 2012-2018. NOR. Versos al aire)


- Es cierto que una vez me perdí.
Cierto es que una vez ame a
quien no debía,
y muy cierto que he engañado para salvarme.
Pero debo decirle, que gracias a mis errores he aprendido
a vivir y no solo a sobrevivir. 
A veces, querida señora, el mejor acierto es el equivocarse.