Encontrarte


Nunca ha sido fácil,
tampoco será imposible,
es una distancia mínima,
minúscula inesperada
que nos salpica en un segundo,
a veces eterno, a veces invisible.
Solo una caricia, un gesto insignificante
que puede resumir todo,
el momento que siempre hemos esperado,
que nos dejará con la gravedad dando vueltas ,
y después del instante saber, sentir,
estar seguro que ya nada volverá a ser igual.

Nunca ha sido fácil
pero el deseo imagina,
y no hay nada que me haga más fuerte,
que dibujarte en el beso que persigo.

Tu mirada


Aguacero de pronóstico,
tormenta de luna para la noche,
torbellino de serpentina en la cocina,
y de día, un gemido en el tumulto
presagiando el poema que nacerá en tus manos.

Te digo, solo me falta una canción
para romper el puzle de tus pechos en mi cabeza,
un libro más para llenar la estantería vacía del salón,
y un payaso que te felicite los lunes malditos.

Buscaré salitre al peso para las heridas
que olvidaron saber cómo cicatrizar,
imaginando con nubes de papel tus besos,
y medias de rejilla para las pasiones de media noche.

Dibujaré una ventana sin armas
 que fume por mi cuando ya no pueda más,
un baúl con mil vicios para combatir el aburrimiento y la edad,
donde guardar rascacielos para salir corriendo,
y un unicornio de tinta que salpique los horarios.

Haré ahora tratados de salud de sofá,
con mesita de noche para guardar y dormir,
con azúcar y limón, el Cristo para la pared
y los labios comiendo la almohada con las pasiones en flor,
sobre el tejado que nos guardará las miradas.

Encontraré las mil y una noche y cazaré las buenas maneras,
para ser cortes los domingos de resaca,
y dejar las guerras para después,
que los años ya nos marcarán las arrugas
y con eso no se vive,
por eso prefiero una sonrisa, la tuya por ejemplo.