Nubes en el dormitorio



Dejé la paz para los domingos sin almohada
la fruta para los ricos de sazón,
y por las noches aullando sin mesura con finos y desatinos,
entre miradas infinitas con la luna,
y pasatiempos de recortes al filo de tu falda amor,
pasé los minutos convirtiendo todo en verso.

No debería de escribirte tanto
solo dibujarte a medias ,
y dedicarme más a besar tus mejillas,
peinar mis canas y llevarte de paseos,
pero sabes que nunca fui
amante de escaparate ni esposo de encargo.

Debería dejar que el viento te llevará
y sufrir a solas mis agonías de última hora,
recolectar días con rosas sin espinas,
callar mi tos, llevarte a bailar
y llenar mi copa de vino,
para después mojar tus labios de halagos,
y enredar sabanas de terciopelo con tus cabellos.

Debería de tatuarme en los huesos tus recuerdos,
para cuando tú me faltes pasar el invierno
con un sonrisa tuya en mi frente,
y crecer creyendo que tú serás la cura,
de todo lo que se ha arrepentido mi alma.





… y soñar, empezar desde cero.
Volver a decir te quiero.