Luzmía.



Aparecerás en los márgenes de mis hojas,
vivirás al borde de mis pupilas,
y andarás en el fruncir de mi sien.
Serás el eco de mi silencio,
el elixir de mi voz en mis versos.
Jugaras con la sonrisa de mis mañanas,
hablaras de mi cuando ya no esté,
me odiaras cuando ya no me recuerdes,
y para cuando todo termine,
incluso después del olvido, donde ya nadie nos escriba,
ahí estará mi tinta amándote
como si fuera el primer día del primer beso.


Para los que amaron, ama y amarán.