Aprenderé a disculparme por la sordera,
que tanto ha negado durante años  las voces de mi corazón,
dejaré pasar un par de páginas del diario de mi vida,
no creo que a nadie le importe que omita algunas cosas.
Renombraré mis pecados,
los colgaré al final de los recuerdos,
y mirando las sonrisas de aquellos que me quieren,
iré olvidando una a una las pesadillas,
que han ido inmovilizando mi vida.

Quiero volver a aprender.

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO 2012.