Como tú.




Termina el día con una disculpa,
salí tarde de casa y todo ya es demasiado complicado.
La verdad nunca es lo que esperas
 y la mentira siempre me guillotina.

Termina el día con tu última mirada,
un beso que no quieres y la lluvia mojando
la calle donde antes paseábamos.
Pasan los años, el pasado dejó de hacer huella,
y el futuro se tuerce en cada enfado.
Me parece todo tan brutal que ya nada me hace ser libre,
los cuentos no encuentran la tinta para seguir,
las pasiones caen sin imaginación y ese amor, tan etéreo,
se brinda en la antesala de una cuenta en números rojos.

Termina el día y pasando de recibos te susurro en el oído.
La posibilidad nos hará fuertes y haremos trinchera con la almohada,
mañana ya nos dirá la suerte pero advierto, nadie nos enseño a rezar.
Asique átame a tus manos, ciégame con la luna
y háblame de tu último poema,
antes de que el sol nos haga odiar de nuevo.

Termina el día y todo se hace pequeño,
la realidad nos ha estallado antes de empezar,
el sexo y las sabanas nos ahogan ahora que las ganas nos matan,
y las chispas iluminan el paso que antes dibujábamos,
escondidos detrás del telón.

Cualquier calle hubiera podido ser,
cualquier “hola”, el principio de un final feliz.