Devorador de segundos.



Ahora mis ojos te miran de reojo,
mi corazón se precipita sin mi consentimiento,
y mis mejillas anuncian lo que mi voz delata al callar.
Ahora ando buscando la palabra adecuada,
para regalarte la verdad que nunca pronuncié.
Ahora siento rabia de cada minuto que respiramos sin mirarnos,
y maldigo cada noche a esa almohada maldita,
que deja tiritando mis parpados.
Ahora iré donde nuestros corazones se articulan con los sueños,
trasnocharé entre rimas bailando con las locuras
que me hicieron llegar hasta ti,
y acordaré con el futuro, que se aleje de nosotros
hasta que nos olvide.
Ahora será siempre, esta es mi promesa.