Sincronizando los minutos. (excesos de un poeta)


Deseo tener un día libre
del acecho de las malditas horas,
que me apuntan por la espalda,
e ir de la mano con el aire
y soñarte sin ataduras,
beberte por encima de mis pesadillas,
dibujarte para retenerte
y así crecer en el camino,
que aún me queda por recorrer sin ti,
amarrado a las esperanzas
de aquel árbol caído de otoño,
que pinte cuando tu ya no mirabas.

Deseo acostumbrarme a tu figura,
a deslizarme en tus aromas
y no llorar nunca más por ti,
pero al final termino por reconocer
que nada es casualidad,
y cazo a mi razón que mi corazón
no miente por pasión,
si no por compasión.

Deseo que todos mis poemas
 viajen a tus ventanas,
donde terminas alojada con los ojos cerraditos,
y que hagan de almohada para ti
y para mi, de salvavidas para seguir,
y dejar de aullarte en la última copa
donde pierdo las escrituras de cómo quererte.

Deseo que no seas un paso fronterizo,
una frágil línea que termine por separarnos,
no quiero dejar de ser ni empezar lo que nunca quise,
para las locuras prefiero las mías,
para manías también las mías,
pero apresuro a decirte
que voy sincronizando los minutos con los tuyos,
porque prefiero perder a seguir hablando solo.

Deseo esperarte al lado del mar,
con la raíz de mis pensamientos,
navegando con la vela del escritorio,
ese mismo que te vio nacer y ahora te ve huir.

Deseo no anclarme en las predicciones,
no medir mi siguiente paso o ser medido,
no voy hacer por hacer ni iré a donde deba
por un deber que oculta lo que soy,
iré donde tenga que ir por ti y por mí.
No daré sustento a las normas,
ni tregua al invierno.

Deseo que mi aliento te nombre y eso será mi alimento,
más no necesitaré tiempo ni momento.
Te he creado en mi imaginación,
y ahora ya sé que existes, lo demás no me importa.

Deseo al menos que entiendas,
y encuentres una razón,
porque después de todo
los años no nos harán más fuertes,
tendremos que ir a tientas a tentar al pecado,
y tal vez, solo tal vez, en la deriva
puede que nos encontremos.


Dedicado a M.