Me pasaste, te pase, nos pasaron

Quisiera contar en una sola estrofa todo lo que callé en mis temores,
quisiera que mis ojos pronunciasen las palabras que pienso,
quisiera que mi voz traspasara las ignorancias e indiferencias
y buscar un momento de paz para encontrar el entendimiento.

Quisiera que mis manos alcanzaran todo lo bello que mi alma siente,
quisiera que mi imaginación fuera transparente
y que con un solo gesto bastara para saber que el pasado nunca vuelve.
Quisiera razonar, aclarar, divulgar y finalmente mostrar con mi estrofa,
que la vida no es que sea insondable, oscura o difícil,
si no que solo hay una para vivirla.

Me fui olvidando

Tenía dos pinceles trasnochados,
hilos arrugados de seda,
carmín evaporándose en mi piel
y una vieja fotografía triangulada
en la mesita de noche aterrada por la indiferencia.

Tenía un baúl de los recuerdos,
para afinar los domingos la memoria,
unos carteles ambiciosos que propagaban
la falta de tiempo y lógica de los días.

Tenía líneas en versos rodeándome,
saltando en las ideas, conquistando los deseos
y creando un nuevo mundo
donde tu ya no estuvieras.

Tenía un calendario desesperado,
con números marchitos anclados a la deriva
y festivos tintados en gris
Posándose en mis noches de “sabinandron”,
entre agudos desafinados y alientos exhortados.

Tenía mil inventos inventados para motivar al aire,
recorriendo cada movimiento de mi cuerpo,
para reservarme las ansiedades cuando me faltabas
y algún secreto convertido en alivio para mis temores.