Dígame

 

Dígame usted…
Seré vehemente al decir
que este color me resuena
a los besos que ya no poseo
pero almaceno como algo
que una vez conocí.
Y asombro el peso del minutero
como jugó con mis manos
en esta piel que deslumbra el sereno
que hace de compañera en la noche.
 
Dígame usted…
Seré precavido al pronunciar,
callado al gritarle,
silencioso al rozarle,
invisible al recordarle.
Será historia, una de esas historias
para escritorio y guardar
bajo la manta de los domingos de frío.
Una proeza para algunos,
una locura para otros.
 
Pero…dígame usted,
cuando baja el sol por la ventana,
cuando la vela pronuncia el olor de la luna,
cuando en la almohada la mariposa se posa…
¿son sus ojos los que lloran?
 
Dígame usted…
porque en mi sentidos siento
que ya todo es posible.