Hazme realidad


Un vaso medio vacio
rodeando mi cuello a la hora de dormir,
lágrimas saladas en la cocina
cuando hablamos a medias,
y ya lo presiento, dejarás de leerme
porque te aburre lo que soy,
porque el sol que iluminaba nuestra habitación
ha dejado de sorprendernos,
y tan solo nos deja un mensaje en la almohada
de un…volveré mañana.
Y empiezo con los ojos abriéndolos a medias,
la pasta de dientes en el suelo,
la radio chirriando en los cristales,
el humo bailando por la ventana
y la ciudad gritando en mi puerta,
será otro día sin saber qué hacer con uno mismo
para volver al papel y ocultarme en la tinta.
Pero ya te aviso, el escenario ya está preparado,
lo he dispuesto todo;
yo haré de verdugo y me odiaras por todos mis errores,
tu serás la que olvides y yo el que escriba.
Será una historia al más puro estilo de Ed. Pief,
cada uno en su lugar viajando a contra corriente,
buscando la forma de perdonar para volver a amar.
Después le hablaré a mi soledad que aún sé de ti,
que no te fuiste huyendo aunque a nadie le interese,
pero puede que cuando mire al cielo
no encuentre tanta ironía en mis gestos,
halle menos dolor cuando recuerde,
y acepte el perdón que nunca me llego
cuando tanto necesité de tus caricias.
Podré decirle a mis sombras que son cosas que ocurren,
volver a leer la prensa en la cafetería de siempre,
un croissant, un cortadito Juan
y dejar caer las horas mirando tras el cristal,
sentir que todo irá bien,
creer que no soy el único tonto que se enamora,
y que los sueños… a veces se hacen realidad.

Un vaso medio lleno mojando mis manos,
el tiempo deslizando el viento de la primavera,
que voy dibujando con mis labios,
y una mirada felina que me arrastre
a buscar un lugar donde curar lo imposible,
a pegar lo que se estalló en mil pedazos,
a perder todo para volver a empezar,
y de nuevo a decirme que a veces se hacen realidad.