Detrás de la palabra


La vida es sencilla.
Uno debe de comer cuando tiene que comer.
Uno debe de dormir cuando tiene que dormir.
Uno debe de amar cuando aun está a tiempo,
sentir lo que haya que sentir en el momento,
trabajar cuando haya que trabajar,
ser lo que se tenga que ser cuando se deba,
y no esperar señales ni comentas errantes.
Uno no debe hacer teatro de su dolor por más que te duela,
no dudar, cuantos más errores más sabrás,
no hacer de la vida el lamento de lo que se perdió,
mira la vida ni más rápida ni más lenta, tan solo midiendo los pasos,
manteniendo el ritmo un día tras otro
y si te cansas, pensar que aun podría ser peor.
La vida no es sencilla.
Uno a veces, no puede comer cuando lo precisa.
Uno a veces, no puede dormir cuando lo necesita,
no siempre se puede amar a quien quieres,
y a veces no se puede dejar de amar,
aun sea en el silencio o con el odio,
ni trabajar en lo que uno quiere,
o ser lo que quieres ser, en el momento que uno quiere.
Uno a veces espera señales, aunque sea en lo sueños,
y el dolor se hace tan insoportable,
que es imposible guardárselo uno mismo.
Uno se lamenta del pasado, de lo que pudo y no hizo.
Uno duda aunque no quiera, el miedo nos hace pensar, nos hace estar vivos.
A veces la vida transcurre demasiado rápido, otras veces no tanto,
y si te cansas aun sabiendo que podría ser peor,
quieres con todas tus fuerzas, conseguir mejorar las cosas.
Posiblemente lo bello de vivir es saber, que la vida no es sencilla.