Mañana me iré (La vida de los árboles)


Quisiera hablar con él,
con aquel chico de 20 años
sentado en el sofá esperando,
al lado de aquella ventana
apoyado en el vértigo desafinado,
de aquellas tardes abrumadas por el silencio.

Quisiera confiarle mis secretos,
decirle que la vida no es lo que imaginaba,
que puede ser algo más o tal vez nada,
que el tiempo no perdona
pero tampoco debe de asustarle.

Me gustaría decirle
que realmente no estaba sometido a nadie,
que el amor no es depender,
pero a veces lo que queremos
no es siempre lo que hacemos.

Me gustaría animarle a que saliera corriendo,
que olvidara todo lo que acometió,
decirle que de nada le serviría mantener el recuerdo,
que aun tenía días y noches para cambiar,
para no caer en la flor marchita,
para no permanecer como un loco
entre versos y odas a la soledad.

Me gustaría decirle que nadie le iría a buscar,
que a nadie le intereso por qué le dolía el corazón,
¡y le dolía!, y pensaba que no habría cura alguna,
porque tal sufrimiento no existía en el mundo.

Me gustaría hablarle que el mayor errror
es intentar seguir los pasos de alguien,
que los finales felices no son como en los cuentos,
que las palabras "nuca y jamás",
son las mayores mentirosas,
que aquellos días solo eran el principio
y que amar, no solo era decir te quiero.

Quisiera decirle que al final nada salió como él quería,
que hubo más desastres que glorias,
más torpezas que aciertos,
que le vaso no termino por llenarse,
pero aun así en la desdicha de una tragedia,
a veces nacieron días de sol,
y sonrisas que fueron capaces de alegrar el alma.

Quisiera decirle que un minuto de sinceridad
lo puede ser todo,
que él sí se merecía ser feliz,
que no tuviera temor por la suerte, ¡las cosas ocurren!,
y que huir, nunca fue la solución.

Quisiera que él me hablara ahora,
que me mirase con aquellos ojos llenos de vida,
que me diera un aliento en forma de verso,
y hacerme reir por un momento.

Quisiera que estuvieras aquí
para decirme que he aprendido,
que me he convertido en la persona
que siempre quise ser,
que las torpezas me han hecho más sabio,
que las lagrimas se las llevará el mar,
que el día menos pensado,
las cosas empezaran a ocurrir.
Para decirme que 10 años, no son nada.