De mi Madrid

Del café de Gijón y su olor a franela,
de los espejos y el ruido frenético,
de Ortega y sus reuniones clandestinas,
de la libertad en libertad 8 que tanto anhelo,
de la Gran Vía y su locura de entre sus calles,
de los versos al aire, de esa revista que nunca alcanzo la luz.

De las risas en la cuba madrileña,
de los bailes desenfadados del oeste,
de la leche pantera y miles de conversaciones que quedaron a medias,
de ese autobús, 627, de los cristales empañados del sudor del día a día,
de la sevillana y el fino en la taberna,
de las cuevas y sus frases de poesía,
de Serrat al piano y yo muriendo por ti,
de esos domingos de malas caras y que bien arropado en el sofá,
de las escapadas a media noche en la Notte y sus camareras,
del retiro al murmullo arrogante de Alcalá,
de los teatros y el arte libre de las calles,
de Noviembre y su sonrisa de goma,
del fantasma de media noche y el loco terapeuta,
de la C8 y de lo que tanto aprendimos con un café,
de esos servicios naranjas que si hablaran…

De los balcones refinados de la reina victoria,
de la línea 6, ¡cuanto me has enseñado!,
del rastro y esa alegría que se respiraba,
del bar que hacia esquina, comiendo por la calle,
de esta melancolía, dulce recuerdo a pesar de los pesares.

5 - 30

Te ame tanto que me olvide de mí,
te ame tanto que el día sin ti no existía,
te ame tanto que escondí mi dolor
para que encontraras tú la felicidad.

Te ame tanto que deje de quererme
para que me odiaras un poquito más
y así poder alejarte de mí.

Te ame tanto que blasfeme al viento
y te escribí los poemas más bellos,
te ame tanto que la pena de tu indiferencia,
me dejo medio tuerto y cojo en la vida.

Te ame tanto que sacrifiqué lo que más quería,
te ame tanto ¡ tanto! ¡ tanto!

Te ame tanto que no había idea o pensamiento que los nublaras,
te ame tanto que todo era recordarte,
te ame tanto que ni si quiera Dios me entendió,
te ame tanto que esta cara de tonto se me quedo para siempre,
te ame tanto que ya no tengo lágrimas para nadie,
te ame tanto que ya nada me parece original,
te ame tanto que nunca ninguna será como tú,
te ame tanto que ya no me importaba mi respirar,
te ame tanto que termine por delirar.
Te ame tanto… tan loco con mi soledad y tu ausencia.
Te ame tanto…

Enredos

Abstemios de vidas cauteladas en pasiones fraudulentas,
aires vigorosos impotentes de alcanzar su nacer del ideal,
pasatiempos de domingo aclaradores, un suspiro para el dolor.

Fascinación en el claro oscuro de la palabra sostenida en mi lengua,
una ligera lluvia manchando el corazón, la vista del mañana,
y La ilusión del ruiseñor en el canto desafinado de sus sueños.

Más o menos

Si soy más o menos, eso ya no importa,
si digo la verdad o lo único que hago es inventar,
si de todo lo que hago la torpeza firma mis acabados,
¡que más da! no puedo negar que de mi se desvanece lo que fui.

No, el tiempo no fue el culpable,
ni si quiera esta maldita memoria,
tampoco la lluvia incesante que empapa mis ideas,
ni las mujeres que han bailado al son de mi palabra,
ni mis actos decadentes a media noche

Todo eso, querida, son el fruto, el resultado,
no puedo controlarlo por que es parte de mi
y ya le digo que no soy lo que fui,
más si pudiera haría borrar las cosas que le digo,
pero…en el intento nunca he conseguido alcanzar mis sueños.

Soy más o menos, eso ya no importa
y no puedo afligir las cosas, esas cosas que me rodean,
la ausencia de los deseos, lo engaños, los delirios…
mis queridos fantasmas que cada día están más unidos a mi.
Yo quisiera olvidarme de todo y no tener motivos para escribir
pero ya lo sabe, lo que fui ya nunca lo seré.

Por las calles

A lo loco y con minifalda,
pasiones turcas,
un café a medias y las sabanas aun frías de ayer,
unos cartones de franela
y el amor volando por encima de la ciudad,
el periódico haciendo de paraguas,
los charcos del otoño
y mi sonrisa creando dibujos en tus mejillas.

Cuentos

Andaba despacio con el paso cansado, con la mirada añeja afilando las imágenes y con la sonrisa amainando las calles frías de aquel invierno. Era un veinte de Enero y al caer el sol su voz, de entre la multitud se detuvo por un instante. A su alrededor, una amalgama infinita de colores estallando por momentos de alegría, ahí estaba con su mirada firme, ahí estaba…
La poesía.

Desde el viaje

Hay mil formas de ser,
mil formas de ver,
mil formas de sentir.

Hay mil formas de llegar
y mil formas de marcharse.

Hay mil formas de mirar,
mil formas de escuchar,
mil formas de besar y de amar.
Hay mil formas…
pero solo hay una forma para estar a tu lado.

Y vengo…

Vengo de ti.
Llegue a donde nadie estuvo,
me marche antes de que nadie me viera,
vengo de muy lejos,
allí donde nada se perdió,
donde las olas salpican el cielo,
donde las palabras toman vida,
donde las miradas hablan y sellan instantes.
Vengo de tus ojos puros,
que me confieren la vida que ya perdí,
en ser lo que nunca llegue a ser.

Vengo de mí,
del verso caído ensimismado en una tarde gris,
del paso casando de un camino entre ramas añiles,
vengo donde los números no existen
y la lógica juega con la locura al escondite.

Vengo de una calle reticulada, furtiva de media noche,
de vistas en barrotes y muros rojizos inanimados,
vengo de labios pesados y amores abatidos,
de pasillos infinitos y techos alzándose por las nubes.

Vengo fragmentado en mil recuerdos,
de días repletos y tardes precisas,
de aromas que no puedo olvidar,
vengo de la vida que guarde cada noche
entre tinta y rimas afinadas al son de mis latidos.

Vengo de ti, de mi,
del recuerdo que me convierte en frágil
y me hace cada día ser más humano.
Te escribo con la mirada firme
¡esto es lo que soy vida!