Inalcanzables ellas. (excesos de un poeta)

La mayoría de las veces
eran momentos inoportunos,
versos equivocados
en las bocas inciertas de otros.

La mayoría de las veces
nunca era el lugar,
y solía caer perdido con la multitud,
desesperante creyendo ser mejor,
luchando para hacer creer
que tenía algo de diferente,
y así enamorar a quien no me amaba.

La mayoría de las veces
la ironía participaba sin piedad,
mareando al azar como marioneta
en un escenario sin telón,
derramando la tinta en el vacio
de los silencios que llegaban después,
cuando manchaba el papel que me veía crecer,
con mis lagrimas.

La mayoría de las veces
el miedo se atrincheraba
con armazón y espada en mis labios,
y detrás de mi lengua
se escondía un espadero atormentado,
acompañado por un caballero amordazado por la locura,
de nunca encontrar la dulzura.

La mayoría de las veces
los logros se desvanecían
por el arte de la magia de la indiferencia,
y con esa pena se vivía inventándose historias,
porque nunca sé sabía si era cierto o incierto
que me querían.

La mayoría de las veces
los pensamientos volaban como las hojas en otoño,
escapándose las ganas por las ventanas de mí casa,
donde a escondidas amaba con la imaginación,
y de tanto imaginar me di cuenta,
que las miradas nunca llegaron hablar,
que los sueños se quedaron en sueños,
y que las palabras nunca llegaron a viajar.
Siempre han permanecido durmiendo,
en los poemas que he escrito a lo largo de mi vida.