Sigue.

 

Sueña y no dejes de hacerlo.
Algún día será la diferencia.

Velas

 

Velas para un perdón que nunca llegó.
Costumbrismo de pobre en el sofá de escay,
mirando al vacío de la encimera
donde antes se pronunciaban los besos.
Y ahora recorrer las cuatro esquinitas
sin manta ni rezos.
Media naranja trasnochada al merendar
y de postre luces de león
en el cristal donde veía pasar la felicidad.
Fue el altibajo de un poeta sin rima
anclado en el sueño cateto de ser algo más,
de crecer en escaparates ajenos
creyendo que algún día el mordisco sería mío.
 
Velas para afinar una despedida que nunca llegó.
Enterré la idea, el color y el afán de ser fan.
Bajé a las aceras para limpiar mis miedos
y toqué el espejismo con las nubes
haciendo de mis manos un salva…mantel
para las cenas en soledad.
Crecí con la libertad endeudada
en pasatiempos de escritorio
malcomiendo horas de sueño sin final,
y disipando en mis ojos
el dibujo que nunca llegué a pintar.
 
Velas para seguir creyendo que esta locura
es más que una quimera.