Hazme recordar. (La vida de los árboles)

Dame un minuto,
bésame las heridas,
cierra mis ojos,
calma mi tempestad,
hazme olvidar, incluso de mi nombre.
Llévame lejos, tan lejos
que nadie recuerde quien fui.
Ámame más allá de la palabra,
quédate para siempre en mi piel,
arranca de mí el engaño,
regálame una mañana más,
pinta mis manos de la primavera soñada,
y ahora ven conmigo, yo te enseñaré
lo que nadie pudo sentir. Tu vida.

Desde dentro (La vida de los árboles)

Quiero escuchar aullar a la noche,
no tener la necesidad de derramarte,
más cuando venga el día
que nadie sienta mi llanto,
y tras la calle huiré bajo un cielo blanco
con el beso robado de un ayer,
que sello la primavera en el silencio de mis labios.