Lo último será olvidar.
Me he convertido en el precipicio,
que precipita el corazón helado
al vacio ante un invierno sin ti.
Y es que prefiero el blanco antes que el gris,
y una garganta
destilando ron barato,
que mil veces decirte que sin ti no puedo vivir,
porque hasta el poeta se cansa de soñar lo soñado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)