Recuerdo (La vida de los árboles)

No sabría decirte cuando fue,
ni si quiera si la despedida, ¡aquella despedida!
fue como lo sentimos.

Puede que nos adelantáramos a nuestro propio destino,
puede que el miedo a ser nos dejara con las ganas de saber.
Y te recuerdo como ayer, en estos días de invierno,
con tu sonrisa, con tu forma de hacer, con tu cariño.

Recuerdo las mañanas, el café templado humeante como a ti te gustaba,
tu pelo enredado en mi cara, los cajones llenos de tantos recuerdos,
la mesita siempre con tus pulseras y una goma negra,
que en cuanto podía te la escondía para hacerte rabiar.

Recuerdo los domingos, tan sencillos y tan mágicos,
las sesiones de amistad que nos ofrecíamos en mitad de cualquier noche,
cualquier hora era perfecta.

Recuerdo tu ropa, tu aroma, la forma como colocabas las cosas,
recuerdo que me encantaba estar allí y no saber de ningún otro sitio,
desaparecer y no importarme porque.

Y aun así no sabría decirte si puede que algo se nos escapara,
puede que no nos diéramos cuenta de lo que habíamos hecho,
de lo que estábamos haciendo o de los que hubiéramos podido ser.

Creo que nunca llegaré a entender el porqué.
Ahora sé que ningún verso nos hará regresar a quellos días.
Tal vez estemos obligados a vivir con el recuerdo,
o tal vez ya deberíamos de ser felices por haberlo vivido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario