Con la luna en el diario. (La vida de los árboles)

Olviden que fui el último,
quiéranme por lo que nunca conseguí ser,
porque mientras intentaba serlo,
llegue a ser lo que soy.
Háganme caso cuando calle,
llévenme con los ojos vendados,
y enséñenme el mundo
como si fuera la primera vez.
Dejen que el invierno marche con el tacón bien alto,
desechen que yo lo dije antes,
ódienme para después.
Lloren en el aguacero de mis balcones,
y para cuando llegue la luna
díganle que yo seguiré despierto.
Cuéntenle que no pude esperar,
porque en mis ojos ya había mil historias,
queriendo escapar.

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