Mi dulce tú.


Eran tiempos difíciles
poco tiempo para dormir
nada de soñar y tus pasos tan gigantes,
que era imposible de mantenernos juntos,
y tú no esperabas a nadie
ni si quiera a quien te quería,
y mira que te gritaba y te imaginaba,
y mira que busqué mil formas para ser felices,
pero nunca existió filosofía suficiente
para calmar mis ansias por ti,
ni perdón para encontrar tu salvación,
y a base de silencios aprendí a amarte,
repasando línea a línea las aprensiones de media noche,
jurando en vasos vacios no volver nunca más.

Eran tiempos difíciles,
aunque quererte nunca fue un problema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario