Cuentos de un verso


Aclamó el verso,
que soñando debajo de la rama
con la luna en sus manos,
malabarismos le hizo al tiempo.
Y con la primavera en tierra extranjeras,
vibro con insidia en una despedida,
que odiaba las lejanías.
Y tras el cristal mudo del ruido infame
de aquella ciudad prohibida,
librándose del peso de sus rimas
agoto el instante,
salió corriendo desesperado,
con el rumbo perdido
por las mismas calles donde amo,
sin saber que la realidad
era un espejo sin dueño,
que no precisaba de estrellas
para mentirnos.

El verso del que te hablo
empezó en un beso,
y termina con la ausencia
de una habitación,
donde la memoria, nos dejo de visitar.

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