Diría que la conocí
aunque no lo suficiente,
sus manos
nunca se perdieron en mis ojos.
Pero presiento
que sueña con las estrellas,
e imagino que imagina
que la vida es una sonrisa,
y llena con sus ojos de gata
la brutalidad de los días,
con risas y una pizca de locura.
Diría que la conocí
y eso me sienta bien.
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